El Colegio Oficial de Veterinarios de Salamanca ha organizado una jornada profesional para ofrecer la información que no está llegando desde otras instancias.
El salón de actos del pabellón central de la Feria Salamaq se ha llenado esta tarde de ganaderos y público en general para participar en la Jornada Profesional organizada por el Colegio Oficial de Veterinarios de Salamanca baja el título ‘Enfermedades emergentes: Enfermedad Hemorrágica Epizoótica y otras’, una cuestión que preocupa y mucho actualmente dado el número de cabezas de ganado afectados.
El veterinario clínico Miguel Ángel García ha sido el encargado de explicar, durante esta jornada, qué es la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE), cuál es la situación actual, qué pueden tratar de hacer los veterinarios clínicos, que «estamos desbordados a día de hoy, porque no podemos hacer otra cosa que tratar animales afectados por esta enfermedad y estar aconsejando a los ganaderos y que les llegue la máxima información posible, ya que desde otras instancias no está llegando». Por ello, y con la colaboración del Colegio Oficial de Veterinarios de Salamanca, se ha organizado esta jornada en Salamaq que tan buena aceptación ha tenido, para dar información sobre esta enfermedad y sobre otras que están ahora en boga como la lengua azul y la Fiebre del Nilo Occidental, que es zoonósica y ésta última sí afecta a las personas.
La EHE es una enfermedad que es transmitida por un mosquito, que es el mismo que trasmite la enfermedad de la lengua azul y por eso sigue exactamente el mismo patrón de dispersión que el de la lengua azul. La causa de esta enfermedad se debe, según ha explicado García, al cambio climático, por el aumento de temperaturas, pero «no tanto afecta la cantidad de la temperatura como el tiempo que las temperaturas permanecen altas, que ha conseguido que el mosquito llegue a la península y se extienda por ella».
Ante esta enfermedad es muy importante la prevención, que en el caso de la ganadería intensiva es más sencilla, porque «es poner mosquiteras e insecticidas en las entradas para evitar que los insectos entren»; pero en la ganadería extensiva es más complejo, «los ganaderos están haciendo lo que pueden, utilizan insecticidas o baños repelentes, pero el manejo de estos animales supone un problema y máxime cuando están enfermos, ya que cuesta moverlos por las propias instalaciones y es un auténtico quebradero de cabeza. Pero poco más se puede hacer que tratar de prevenir».
Cuando ya ha entrado la enfermedad, lo único que se puede hacer es un tratamiento sintomático con antiinflamatorios básicamente no esteroideos para evitar los abortos y en los casos en los que la enfermedad es más grave, que se producen úlceras, heridas…, utilizar antibióticos para evitar las sobreinfecciones.
PRIMER FOCO EN SALAMANCA
En Salamanca, el primer foco de EHE se declaró hace cinco semanas y desde entonces ha aumentado exponencialmente. “Nosotros llevamos unas 20.000 vacas y pensamos que la mitad de ellas ya están infectadas”, ha manifestado Miguel Ángel García.
Ante esta situación, tanto los ganaderos como los veterinarios se están animando y apoyando mutuamente; puesto que los veterinarios se sienten incapaces de hacer frente a la situación existente en estos momentos, porque «hay un problema que viene de atrás, que es la falta de veterinarios en el campo y si la Administración no apoya para que haya veterinarios clínicos, pasa que estamos agotados, extenuados y no llegamos a todo», se ha lamentado Miguel Ángel García, quien también manifiesta que se echa de menos información y un poco de apoyo por parte de las administraciones.
La EHE es una cuestión que actualmente preocupa mucho a los ganaderos, porque afecta a muchos animales. Si se mira en índices de mortalidad, estadísticamente no es alta, «pero no es asumible». El peor problema de todos no son los animales que se mueren, que «es una desgracia pero de esos te olvidas», sino que el problema «son todos los animales enfermos que van quedando por la explotación tirados por un lado y por otro, que muchas veces no puedes encerrar para darles el tratamiento y tienes que hacerlo ‘in situ’ y eso requiere una cantidad enorme de recursos humanos dentro de las explotaciones y de recursos veterinarios inmensa». Una dotación de personal y de efectivos que muchas veces no se alcanza, ni por parte de los propios ganaderos siquiera.
Desde el Colegio de Veterinarios, el mensaje que mandan a los ganaderos es que tengan paciencia, que confíen y se apoyen en ellos porque esto pasará, y hay que mirar al futuro, para ver entre todos cómo poner freno a la enfermedad. «Queremos trasmitirles que los que estamos en el campo con ellos, estamos preocupados por este tema y estamos tratando de hacer algo y, sobre todo, darles la información que no les está llegando por otras vías».