En plena negociación de una nueva Política Agraria Comunitaria (PAC), las jornadas profesionales de Salamaq, han querido detenerse en uno de los aspectos que más inquieta a los profesionales del campo, el de la gestión del arbolado y los retos y oportunidades que representa para la dehesa en el marco de la nueva PAC.
A juicio del doctor en Biología de la Universidad de Salamanca y profesor en ingeniería forestal y del Medio Natural de la Universidad de Extremadura, Gerardo Moreno, uno de los caminos a seguir en los próximos años pasaría por la elaboración de ecoesquemas, un recurso que representa una apuesta decidida por la sostenibilidad en pos de una futura PAC en la que prime de forma determinante este aspecto. “Debemos tomar la iniciativa en este aspecto y adaptarla a nuestra realidad antes de que las características de esta herramienta de futuro nos vengan impuestas”, insistió Moreno para quien se hace imprescindible buscar soluciones a una PAC “convertida en un callejón sin salida que aún ayuda pero nos va haciendo cada vez más pobres”. “La PAC ya no es solución y hay que darle la vuelta primando a quien hace agricultura más sostenible”, añadió.
Así las cosas, Moreno expuso la idea de primar a los agricultores que trabajan conservando la biodiversidad de pastos, que se esfuerzan en la regeneración de arbolado o que apuestan por la diversidad de hábitats. “Si contribuyes a más objetivos y luchas más por conservar el medio ambiente, deberías recibir más”, explicó expresando su oposición al método del “café para todos”. La promoción del pastoreo, que tiende a perderse a pesar de ser fuente histórica de beneficios y reductor de riesgos, sería otro de los valores que España podría integrar en esos ecoesquemas que resaltan los beneficios medioambientales. Eso sí, aclaró, Moreno, “no debe ser un pastoreo sin más sino con un plan de objetivos trazado que garantice beneficios”.
Al escenario del salón de actos del Pabellón Central de Salamaq también se subió el ingeniero de Montes y profesor de la de la Universidad de Extremadura, Manuel Bertomeu, quien puso en la balanza los aspectos positivos y negativos de la poda en la dehesa. Reconociendo que existen estudios donde no se concluye que esa poda de la encina provoque una mayor producción de bellota, recomendó no poner cortapisas a través de la normativa a aquellas personas que investigan técnicas para lograr hacer rentable la dehesa. “Apliquemos el principio de precaución”, recomendó.
Aspectos como el trasmoche, la calidad resultante de la leña si una normativa hiciera más restrictiva la poda o la influencia de esta en la atracción de insectos xilófagos también se abordaron durante la intervención centrada en los impactos de esta práctica ancestral y su adaptación a los nuevos tiempos.
La calidad del suelo de la dehesa salmantina, concluyeron los expertos que se dieron cita en la actividad organizada por la Asociación de Propietarios Forestales de Salamanca, Asfosa, es muy propicia para seguir utilizando las técnicas de poda que se vienen aplicando en el último siglo, algo imposible en otros territorios de dehesa más fatigados. Sin embargo, llamaron también a la prudencia para estar atentos y evitar que el estrés al que se somete al arbolado pueda derivar en un deterioro rápido para el que no habría soluciones sencillas.