El coordinador regional de UCCL, Jesús Manuel González Palacín, puso el broche a la tercera jornada de charlas profesionales de Salamaq con una ponencia sobre la situación de la sanidad animal en Castilla y León.
Centrado en la tuberculosis bovina, se refirió a algunos estudios donde se señala que más del 50 % de los jabalíes son portadores de la tuberculosis bovina, un dato alarmante teniendo en cuenta que, de unos años a esta parte, se ha producido un enorme aumento del ganado salvaje.
El otro gran núcleo de la enfermedad en el que la normativa pone la diana es el de las vacas, “que pueden ser portadoras pero no desarrollar nunca la enfermedad”, advirtió Palacín, indignado por el celo con el que se actúa a la hora de decretar el sacrificio de estos animales “tomando como referencia unas pruebas que no están bien hechas y sin dar segundas oportunidades pues no se permite aislar al animal y repetir después el análisis” como sí ocurre en otros países europeos. Hasta 52 especies de animales pueden transmitir genéticamente la tuberculosis bovina “pero nos empeñamos en matar vacas”, criticó.
La situación es aún más paradójica si se tiene en cuenta, explicó Palacín, que España es uno de los cuatro países de la Unión Europea que más celo pone en los saneamientos por lo que “resultaría muy fácil que la Comisión Europea se adapte a las necesidades de los 4 países que estamos trabajando en esto y no al revés”, señaló.
Frente a la minuciosidad de las pruebas, Palacín se refirió a naciones como Francia, “donde solo controlan al 20 % de la cabaña porque dicen que solo tienen un 1 % de prevalencia; un dato que no se creen ni ellos”. Según explicó Palacín, uno de cada cinco chotos que se ceban en España vienen de Francia lo que supone, a su juicio, “una competencia desleal a nuestra vaca nodriza”.
En 2017, reveló, el 64 % de los positivos fueron falsos. A pesar de ello, el líder sindical ganadero considera que hay motivos para ser optimista ya que desde el ámbito político empiezan a alzarse voces contra un saneamiento ganadero indiscriminado «que pone en jaque la supervivencia de muchas explotaciones pues, como está mal hecho, se convierte en una lotería que le puede tocar a cualquiera». «Debemos ser cautos pero existe un compromiso para regular aspectos relativos a la sanidad animal”, reconoció esperanzado.