La acidez del suelo y la importancia que tiene para hacer una explotación más rentable ha centrado una de las ponencias de las Jornadas Profesionales del Cereal que se han desarrollado hoy dentro de Salamaq.
José Antonio Marcos, ingeniero técnico agrícola de la empresa Campal, ha sido el encargado de explicar que uno de los problemas que más abunda en Salamanca es la acidez de los suelos agrícolas, que en algunos casos roza casi la improductividad. “El suelo es el factor fundamental en la agricultura, pero lo seguimos desconociendo y maltratando. A la maquinaria o las semillas, las podemos cambiar, pero el suelo no cambia nunca, con sus virtudes y defectos. Nuestra obligación es conservar y potenciar las virtudes, y al mismo tiempo eliminar los defectos”, ha comentado
“Salamanca es una provincia asentada sobre roca granítica y por eso el suelo es ácido, que son los que tienen un Ph por debajo de 7. La acidez tiene muchos orígenes, pero fundamentalmente es porque pierde calcio. Un suelo ácido es pobre en calcio, magnesio y potasio, que son fundamentales para el crecimiento de las plantas, y donde el fósforo se degrada de forma inmediata y la planta no lo asimila. Además, es muy pobre en bacterias”, ha señalado.
Por otra parte, la acidez del suelo también genera problemas de germinación en la semilla, y también causa una menor retención de agua, lo que conlleva a menor rendimiento económico de las explotaciones.
“Corregir el PH es fácil, y barato. Hay productos como la dolomita, la cal viva, el carbonato cálcico, la cal hidratada. Pero quizás el producto más rápido es el óxido de cal, que es el más rápido en actual, tiene una valor neutralizante muy alto, y es cómodo de aplicar”, ha explicado José Antonio.
“Un análisis de suelo puede costar entre 30 y 50 euros, y es vital para obtener un mayor rendimiento, porque controlamos aspectos como la acidez, el calcio o la materia orgánica que tiene nuestros suelos”, ha insistido.