La Universidad de Salamanca ha presentado hoy en Salamaq los resultados de los cuatro proyectos agrarios desarrollados en el marco de la I Convocatoria de proyectos de investigación orientados a ofrecer soluciones tecnológicas al sector primario impulsadas en colaboración con la Diputación de Salamanca.
El primer proyecto se ha centrado en la potencialidad del cultivo trufero en la provincia de Salamanca, como alternativa de desarrollo a la dehesa. Según el estudio desarrollado en los encinares adehesados, es muy complicado que las encinas ya adultas, que ya tienen sus propios hongos desarrollados, los desplacen para dejarle espacio al nuevo hongo de la diapositiva.
En cambio, la inversión desarrollada para poner en marcha una zona con trufa con encinas nuevas sería recuperada en cuatro años. “De todas formas, tendríamos que analizar con detalle toda la zona, porque el Ph del suelo es vital para el desarrollo y es recomendable que esté por encima del 7,5. Lo ideal es coger bellotas, cuando sea planta se inocula el hongo de la trufa, y luego hay que llevarla a la zona elegida, que debe estar cercada muy bien para que la fauna no entre. Luego hay que esperar los años correspondientes a que la planta crezca y comprobar que el hongo vive en la planta. Y a los 8 años, ya podríamos tener trufa”, ha explicado José Sánchez.
El investigador Raúl Rivas, ha presentado el proyecto de biofertilizantes bacterianos para la mejora de la producción de veza en rotación de cultivos de cereales, especialmente con el trigo. Los biofertilizantes llevan un organismo vivo en su aplicación y la elección de la veza, se debe a las recomendaciones de Europa. Tras trabajar con varias bacterias, demostró que tras una rotación de veza inoculada con esas bacterias, el trigo tiene un mejor comportamiento, con una raíz más radicular, lo que demuestra que aumentan los granos por espiga, los kilos de paja y la producción de granos por hectárea.
Otro de los proyectos explicados ha sido la caracterización nutricional de la Lenteja de Armuña. Tras los numerosos análisis realizados sobre la variedad Guareña y el ecotipo Rubia de la Armuña, que son las que acoge la IGP, se puede afirmar que tiene más proteína, calcio, hierro y magnesio que el resto de las variedades que se cultivan en la zona. Hay que destacar sobre todo que la Guareña es una lenteja con más tamaño y que la Rubia de la Armuña tiene más fibra que el resto de las variedades. Por otra parte, todos los suelos cultivables de la Armuña presentan unos resultados idóneos para el cultivo de la lenteja.
El último proyecto presentado ha estado relacionado con la zona de riesgo de la seca en las encinas de la dehesa de Salamanca. El principal sospechoso de este desastre medioambiental es un hongo –phytophthora- que puede haber llegado desde Australia. El trabajo ha dado como resultado un mapa de la provincia detallado del riesgo que existe para la presencia de la enfermedad, que sin embargo, difiere bastante con la realidad mostrada en los trabajos de campo. En realidad, los focos actuales son pequeños, siendo las zonas de vaguada con mayor retención hídrica más afectada. La investigación también indica que las zonas de dehesa de encinares están menos afectadas que las de roble mejoro.