“El agricultor que está utilizando semillas de hace 20 años, está perdiendo 800 kilos por hectárea”. Así de contundente se ha mostrado Ángel Expósito, delegado de zona de RAGT en la jornada profesional sobre el cereal que se ha celebrado en la Feria Salamaq, organizada y patrocinada por la empresa salmantina Campal.
La rentabilidad que obtiene el agricultor usando semillas certificadas ha protagonizado las charlas de este encuentro, que ha sido respaldado con una numerosa presencia de agricultores
El primero en intervenir en la jornada ha sido Javier Álvarez, responsable de la gestión operativa de ANOVE, entidad que se encarga de controlar el uso de semilla certificada por parte de los agricultores. Álvarez ha abogado por utilizar este tipo de semillas de manera más habitual como medida para poder seguir investigando. “Cada nueva variedad de semilla certificada que sale al mercado, mejora de media en un 0,07%, que equivale a unos 34 kilos por hectárea a la anterior”, ha indicado.
Álvarez ha recordado a los agricultores que el uso de semilla certificada está legislado. Los agricultores pueden reutilizar parte de su cosecha como siembra, siempre que cumplan unas condiciones, y que el grano que se siembra, esté tratado o no, ya puede ser considerado material de reproducción y puede incumplir la ley si es una variedad protegida. El Seprona está en los últimos años investigando el fraude que hay entorno al uso de semillas certificadas.
Entre las cifras aportadas por Álvarez destaca que España dedica 0,25€/tn, un 25% menos que Francia o Alemania, a investigar nuevas variedades de semillas. Desde ANOVE se aboga por incrementar esa partida puesto que la mejor manera de luchar contra el problema del cambio climático y el agotamiento de los suelos es apostar por la mejora genética de las semillas.
Según los datos aportados por Álvarez, España decidió empezar a regular el sector de las semillas en el año 2010, cuando sólo se utilizó un 10% de semillas certificadas. Desde entonces el uso de estas semillas ha remontado hasta el 24% del último año.
La jornada también ha contado con la participación de Ángel Expósito, delegado de zona de RAGT, quien tras explicar la trayectoria de su empresa se ha centrado en las variedades que están certificadas en la actualidad, y que además de garantizar una mayor producción están tratadas contra enfermedades. “Hay un problema muy grave con la roya amarilla, y es donde más inversión hay. En estos momentos, en España tenemos dos cepas, una que nos viene del Norte de Europa y otra de Francia, que encima están mutando”, ha explicado.
Además, ha subrayado que en la investigación actual se utilizan dos parámetros fundamentales, como son la productividad y la resistencia a enfermedades. En la investigación vinculada al maíz, hay un tercer pilar que es la sequía, pero en el mundo del cereal todavía no se investiga sobre cómo luchar contra ella desde las semillas.
En ese sentido, José Vicente Alcántara, jefe de área de selección y certificación de semillas de Campal, ha recordado a los agricultores que existen variedades más rústicas, que aguantan mejor la semilla.
Alcántara ha asegurado que utilizar semilla certificada es una apuesta segura para la rentabilidad de una explotación. Además, ha recordado que el agricultor suele olvidar que la semilla que deja en su explotación para reutilizar, también tiene un coste económico y que el uso de certificada es bueno para luchar contra la propagación de enfermedades, asegura la germinación y aumenta la rentabilidad.