El futuro de las razas cárnicas pasa por el uso de herramientas genéticas que permitan predecir al nacer o incluso siendo embrión el futuro comportamiento y desarrollo que tendrán los animales. De esta manera, el uso masivo de la genética será una revolución en la evolución de las razas cárnicas, que en estos momentos acumulan un retraso de 15 años en la utilización de estas técnicas respecto a las razas lecheras, según ha afirmado Ludovic Izard, técnico de la empresa francesa Midatest, en la jornada profesional celebrada hoy en la Feria Salamaq con el patrocinio del Salón de Agricultura de Aquitanima Burdeos.
La genómica se centra en tres aspectos principales a la hora de analizar un animal. El primero está vinculado a la información que se dispone de padres y abuelos del ternero. Después se utilizan los datos que se obtienen del propio animal, y en tercer lugar, se centra en analizar la descendencia, que es un dato que se obtiene en el medio-largo plazo pero que es el que más información facilita.
Respecto al nivel de predicción genético a partir del ADN, Izard ha subrayado que en estos momentos ya se puede extraer información al nacer e incluso cuando todavía es un embrión. “Estos avances van a acelerar mucho la selección de las razas. De todas formas, estos análisis son mejor hacerlos antes de que el animal produzca una cría”, ha indicado.
Mientras en las razas lecheras hay miles de toros evaluados, gracias al uso de la inseminación, y existe una base de datos de carácter mundial, en las razas cárnicas los datos de los que se dispone son de poblaciones más pequeñas, con menos toros evaluados. “Eso baja la precisión. Además, no se pude utilizar la genómica de la misma manera y tampoco son extrapolables los datos de una raza cárnica con otra, porque aunque coincidan en algunos genes, su comportamiento en los animales son distintos”, ha asegurado Izard.
El técnico francés ha explicado que en su país hay tres programas que tienen como objetivo mejorar la calidad de los datos genómicos: GEMBAL, que es un consorcio con todas las razas cárnicas y lecheras; GPSAB para las razas charoles, limusín y blonda, que hacen pruebas en cebo de machos y que además de evaluar los datos vinculados a la morfología permite analizar la calidad de las canales; y varios programas privados que tratan de construir genómica en calidades maternales, que son las más difícil de diagnosticar. “En estos programas se analizan temas como la fertilidad, facilidad de parto y leche de la vaca. En Midatest ya tenemos a más de 3.000 vacas involucradas en este programa”, ha indicado Ludovic Izard.
El técnico francés ha destacado que con el uso de estas técnicas el ganadero podrá genotipar sus vacas para poder conocer mejor sus animales jóvenes y seleccionar sus reproductoras no solo por el ojo. “Nos permitirá conocer a una ternera como si ya hubiera producido dos o tres crías. Al inicio tendrá que genotipar las madres para conocer cuáles son las mejores y ser las madres de las futuras novillas”, ha indicado.
Respecto al coste que tendrá para el ganadero, ha explicado que en Francia ronda los 150-200 euros en toros, pero que existe una amplia variedad de precios porque la información que se ofrece al ganadero es a la carta.
Izard ha concluido su intervención explicando que el principal mensaje que hay que dar al ganadero de alguna de las tres grandes razas cárnicas es que la genómica es muy interesante para la morfología. “Sin embargo, todavía no estamos muy avanzados en caracteres maternales”, ha subrayado, antes de afirmar que la primera regla para hacer selección en una ganadería es conocer el pedigrí de los animales que estos análisis deberían reservarse a animales con orígenes certificados.