Los resultados del proyecto AGRI-SOS, nacido en el año 2008 cuando se dispararon los costes productivos agrarios, coincidiendo con una bajada en el precio de los productos, han sido presentados hoy por dos técnicos del ITACYL en el espacio Innovación de la Feria Salamaq.
Manuel Julio Rodríguez ha explicado que el proyecto tiene cuatro fases: nuevos usos de cultivos tradicionales; la aplicación industrial de esos cultivos para biomasa, para alimentación animal o industria; esos cultivos en agricultura de conservación –siembra directa y mínimo laboreo- para abaratar costes; y mejora incipiente de las nuevas semillas para analizar los posibles cruzamientos o mejoras genéticas.
Durante la ponencia, Manuel presentó los resultados de los proyectos de investigación que están desarrollando en los campos de experimentación del ITACYL en Valladolid, empezando por la Camelina. “Es como una colza pero con un aceite que es como el queroseno y que se utiliza en aviación. Ya ha habido un vuelo transoceánico con este nuevo combustible. Es una planta que se adapta bastante bien a Castilla y León, con una producción de 2.500 kilos”, ha explicado.
Además, también detalló el cultivo de la Quinua, que es el pan de los mayas. “Su harina es hidrato de carbono pero con los 20 aminoácidos esenciales para la dieta completa de las personas”, ha afirmado.
Por otra parte, han analizado todas las plantas forrajeras para biomasa o para producción de bioetanol. “En biomasa hemos cogido las plantas forrajeras, con gramíneas y leguminosas entre ellas, e incluso leguminosas puras. También trigos y centenos perennes, que se han traído de Hungría, y que son trigo inmensos que no hay que sembrar, pero si abonarlos, que dan kilos, cubren todo el terreno de las malas hierbas. Hacemos sorgo papelero y dulce, con distintos cortes, sembrándolos en abril, cortándolos en junio, agosto y octubre, para ver donde dan más”, ha subrayado.
Además, ha explicado que el trabajo fuerte de este grupo investigador son las leguminosas. “Ya tenemos cinco variedades de guisantes propios en el mercado, porque hasta ahora todas las variedades eran extranjeras, de Francia, Italia, Alemania, e Inglaterra principalmente, que no estaban adaptadas a Castilla y León. Nuestra variedades son más altas y se defienden de las malas hierbas, tardías o semi tardías. Pueden producir un 300 por cien más respecto a las variedades comerciales”, ha comentado, subrayando que cuando hay vacteriosis no se pueden sembrar en cinco años. Como alternativa, están trabajando con el albergón, la veza, el garbanzo o la lenteja.